Acuario de la Expo

Es el segundo edificio que finaliza sus obras (después del pabellón de España, esa especie de bosque de columnas) y estoy seguro que será uno de los más interesantes de los que se pueda ver este verano en la Expo, y sin duda, una vez que finalice ésta, será uno de los sitios fijos a visitar en la ciudad del Ebro.

Pero aún está un poco vacío el Acuario, porque faltan por llegar casi mil peces y unos 300 reptiles. Eso sí, si queremos saber que especie de animalitos son los que vamos a observar a través de las gigantes cristaleras, tendremos que llevarnos a alguien que controle de fauna fluvial o una buena enciclopedia de éstas que se vendían casa por casa hace ya unos añitos (que bonitas tradiciones estamos perdiendo). ¿Por qué?, pues según la noticia publicada en Heraldo.es, no se colocarán carteles informativos de las diferentes especies "para no interrumpir el recorrido y evitar que se hagan tapones de gente leyéndolos". Los carteles se colocarán una vez terminada la Expo.

La verdad es que no entiendo esta medida, porque la finalidad del acuario tendría que ser la de poder aprender algo sobre especies fluviales. De que sirve sumergirte en los ríos de los cinco continentes del planeta para observar su fauna, si no vamos a poder saber el nombre de los peces que habitan sus aguas.

Y no hablemos ya de la situación, que de seguro se dará, cuando en la típica escena familiar, el hijo con dotes de investigador, se gire hacia sus padres señalando el acuario y pregunte con ese afán indagador que tienen estos renacuajos... ¿Y ese pececito cómo se llama? Padres que váis a visitar el acuario con vuestros hijos, estudiaros con antelación la fauna de los ríos del mundo, más que nada porque esas preguntas no se queden sin respuestas...