El Post-It

Estoy tranquilo. Hoy he ido al CSI·F a recoger unos títulos, de esos homologados que dan puntos para las oposiciones. El CSI·F, para el que no lo sepa, es el sindicato de los funcionarios (seguro que alguno ya está pensando: -Buah! si los funcionarios trabajan poco... imagínate su sindicato...). Yo estoy afiliado para poder hacer estos cursos y no dejarme una millonada, aunque son carillos igualmente.

La cuestión es que me acerqué a las oficinas sin saber que me iba a encontrar con un local en ruinas y un cartelito en la puerta que me indicaba la nueva ubicación de las mismas. Yo ya, con la mosca detrás de la oreja, porque ya se sabe que en las mudanzas los papeles se trastocan y nunca sabes en que caja puedes encontrar lo que buscas, me acerqué a las nuevas oficinas. Éstas están situadas en un piso antiguo de la calle Bolonia. Aquello parece como si una familia numerosa acabase de mudarse a un pisito. Todo eran cajas y papeles por todos lados, fotocopiadoras sin configurar, las puertas abiertas de todas las habitaciones, por donde entraban y salían de un lado para otro hombres y mujeres con papeles en mano, como intentando ubicarse ellos mismos en aquel jaleo...

La cuestión es que me habían perdido un título de uno de los cursos que había hecho. Por lo que se ve, se había traspapelado, entre Salamanca (lugar donde hice el curso), Valencia (Universidad que pone su nombre y se cobra el dinero) y Zaragoza (dónde me aseguraron en Salamanca que recibiría el título, sin ningún problema...). Como yo ya iba concienciado de que algo así iba a ocurrir, me lo tomé con calma. Todo eran buenas intenciones en las palabras de la señorita que me atendió. Me dijo que volverían a pedir a Valencia un nuevo título. Pero claro, para ello me dijeron que les dejase allí la única hoja que acredita que he hecho el dichoso título.

No me quedaba otra, se la tuve que dar. Mi preocupación crecía por momentos... Ya me habían perdido el original, y ahora tenían la copia. Pero la señora, con toda la buena intención que se puede tener en estos casos, me dijo:

- Tranquilo, yo le pongo este post-it como que es importante, y en nada te llamamos para decirte que ya puedes venir a recogerlo...
- Vale, muchas gracias... (claro, y lo colocarás en el montón de papelacos que tenéis por ahí, que de seguro que mañana, con el lío que tenéis por aquí, ya no sabrás ni donde está, ni por qué tiene el post-it...) me voy más tranquilo...

sd