Chamán

Pero si hasta hace un momento no funcionaba…, llevo aquí toda la santa tarde y aún no he conseguido solucionar el problema…

Frases la mar de típicas cuando al mundo de la informática nos referimos. Y como la historia que voy a contar igual resulta un poco aburrida, vamos a ver si así…

Ayer me pasé por casa del "Yordi" porque resulta que llevaban en su casa sin conexión a Internet desde el domingo y como éste anda de vacaciones pues… (por cierto, vaya “ciber” que te has montado en casita, ¿no?). Después de recurrir a todo tipo de medios, creo que la única opción que les quedaba era la de contactar con un Chamán (pero de la informática, se entiende, jejee). Allí me presenté yo, dispuesto a solucionar el problema por el que se me había convocado. Vestido para la ocasión, ingiero las sustancias alucinógenas que me ayudarían a la hora de entrar en trance. Comienzo el ritual. De todos es sabido que nuestro poder de sugestión es poderoso. Unas cuantas invocaciones, un par de danzas tribales y unos mejunjes a base de plantas del mismísimo Amazonas consiguen que el problema por el que me encontraba allí se solucionase. Caras desencajadas entre el respetable, por supuesto. ¿Cómo lo has hecho? ¿Qué le pasaba?... Nunca subestimen el poder de un Chamán. Y como somos personas que creemos en nuestras habilidades y en nuestros poderes, no nos dedicamos a esto para lucrarnos sino que nos sentimos gratificados haciendo el bien entre los demás. Pero he de decir que tuve mi recompensa. Un delicioso plato de canelones, juas juas.